Cuando salió a la venta a finales de 1992, el álbum de debut de Rage Against the Machine cambió las reglas mismas del rock & roll. He aquí una banda capaz de fusionar funk, punk, metal y hip-hop con una intensidad, inteligencia e inventiva que la música rock no había visto ni oído antes. Tal vez lo más importante sea que, aparte de Public Enemy, las letras y los vídeos de ningún grupo habían abordado de forma tan coherente y feroz las innumerables formas de opresión que caracterizan las actividades tanto de los gobiernos como de las empresas multinacionales. Rage fueron impactantes, reveladores y galvanizadores a partes iguales.